domingo, 3 de agosto de 2008

Insoportablemente Vivo

Camino sorteando peatones, perros vagos y uno que otro resto basura que la gente ha dejado tirada en la acera, reviso mis bolsillos, monedas, elástico, encendedor, un pañuelo usado, no está lo que buscaba, dónde lo habré dejado, ojalá que no en el trabajo, no estaría nada de bien, respiro tranquilo y asumo se quedó olvidado sobre la mesa del comedor, es una buena opción.
A esta hora cualquier esquina es buena para capear el tiempo, miro los autos, las luces, los animales vestidos de etiqueta, los animales paseando a sus animales, los perros que nos cuidan, el reloj que no avanza, miro un poco el cielo, está más rojo que de costumbre, como si algo se estuviera incendiando allá arriba o como si dios estuviese haciendo una hoguera con los buenos muchachos y quiere que nos enteremos que las cosas están cambiando.
La tarde está fría, la bruma está más densa que de costumbre, un mendigo se acerca a pedir una moneda, le doy lo primero que encuentro en el bolsillo y espero que no haya sido de mucho valor, la mira y se va sonriente dando las gracias...hijo de puta, me la hizo, para la próxima debo mirar antes de hacer beneficencia, vuelvo a mirar el reloj.
-Vivo, insoportablemente vivo- pienso mientras una gitana a mi lado maldice a una pareja que se nego a darle una limosna, me alejo un poco de la repulsiva mujer para no ser la próxima víctima y encender un cigarrillo; la hora, la hora, mierda, a qué hora habíamos quedado, no recuerdo, matando el tiempo para la llegada de una hora que desconosco, vaya estupidez, mi maldita memoria, sabía que tenía que anotarlo.
Otra vez la había fregado, me resigno, una vez más meto mi mano al bolsillo izquierdo, saco mi celular y mierda, mierda, se había apagado, lo trato de encender y no prende, lo agito con fuerza y vuelvo a intentar, vamos, vamos, bien, encendió, 3 llamadas perdidas, 1 mensaje de texto...reviso, veo el mensaje: "te estuve esperando en el café de siempre, no llegaste, para variar, había hecho tu pedido incluso, no creo que exista una próxima. cuídate. adiós"
Arrojo con fuerza mi celular a la calle, la gente se voltea a mirar, ya no lo necesito (me repito una y otra vez), escucho los cuchicheos, me alejo de a poco, los ignoro y los compadesco en silencio, no los miro a la cara y me sigo alejando, atrás va quedando la multitud, sigo caminando, cantando la misma estrofa de siempre, hasta que no hallo más sonido que mi sonido, ¡Insoportablemente vivo! ¡Insoportablemente vivo! Voy cantando cada vez más fuerte ¡Insoportablemente vivo!...y congelado de frío.

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